sábado, 30 de octubre de 2021

El abanico de música

 Después de casi un año he vuelto para reflexionar ciertas vivencias que he tenido durante este tiempo, entre cosas por que la vida te enseña qué camino es el mejor que puedes coger dependiendo de tus capacidades y de tus posibilidades que puedes tener al alcance. 

El curso pasado fue para mi como una montaña rusa, que un día estás en lo más alto pero después te vas hacía abajo y así sucesivamente, primero fue el conservatorio profesional de Barcelona. Entre la pandemia, las mascarillas y ciertos profesores sin empatía con mi situación, tal situación me pudo con mi salud que me acarreó a tener problemas de oído (acúfenos) provocándome mareos y vértigos. Después el máster de música para secundaria, me tocó una mentora para las practicas que fue una de cal y otra de arena. De cara la galería parecía que me ayudaba dándome consejos para mejorar, pero después a la hora de valorar mis practicas me dio una puñalada por la espalda. Me lleve una sorpresa algo desagradable en las valoraciones que no tenían nada que ver con lo que yo viví en el instituto que me asignaron los del máster. El resto de "asignaturas" de dicho máster las tengo aprobadas así he decido sacármelo para poder ejercer como profesor de música, ya que es la única vía en mi caso que puedo hacer algo vinculado con la música. 

Después de varios meses de descanso, me planteo una posibilidad de hacer el Superior de Trompeta, pero sopesando los pros y los contras en mi situación veo que la balanza se decanta por los contras que por los pros, que también los hay pero como algo lejano. Decidí apartarlo dada que se necesita dedicar casi al 100% a la trompeta durante los 4 años de superior si quisiera hacerlo, tal y como estoy, con mi edad que parece que no pero pesan, es preciso pensar en un futuro mejor a corto plazo que a largo en poder dedicarme algo relacionado con los estudios que actualmente estoy en ello. Por un lado aplicar conocimientos adquiridos en la carrera de musicología y por el otro los del máster. Y finalmente, parece que éste es la vía más factible para entrar en el mundo laboral. 
De hecho, casi todos los compañeros que he tenido en el máster eran titulados en conservatorios superiores y como una radiografía pude comprobar que la gran mayoría de éstos titulados acaban en la docencia por tener un trabajo algo más seguro. 

Por eso hablo del abanico de música, por que no sólo es tocar un instrumento y dedicar a ello, si se tiene suerte puede ser que lleve a cabo esa profesión a la interpretación musical. En mi caso, después de probar todo que puedo hacer dentro de mis posibilidades, la interpretación es una cosa lejana. La música tiene muchos campos dónde poder dedicarte, una de ellas es la docencia en la aulas, sea primaria o secundaria. Aquí a parte de que es mas fácil tener trabajo, también está vinculando con la música. El mundo no se acaba en un conservatorio....

Seguiré con la trompeta por supuesto, doy clases de trompeta a unos alumnos que ponen interés, también con la orquesta de la universidad de Barcelona. Pero creo que después de valorar lo vivido durante estos últimos meses, quizá mi destino "musical" ha sido llamado para la docencia donde mis conocimientos musicales lo puedo compartir con estudiantes. Quien sabe, si después de tener el título del máster me sale un trabajo y descubro que era lo mío y no en los pasillos de un conservatorio. La vida da muchas vueltas. 

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